La contracción de las aurículas hace pasar la sangre a los ventrículos a través de
las válvulas auriculo-ventriculares. Mediante la sístole ventricular aumenta la presión
interventricular lo que causa la coaptación de las válvulas auriculo-ventriculares e impiden
que la sangre se devuelva a las aurículas y que, por lo tanto, salga por las arterias, ya sea
a los pulmones o al resto del cuerpo. Después de la contracción el tejido muscular cardíaco
se relaja y se da paso a la diástole, auricular y ventricular.
La sístole es la contracción del tejido muscular cardiaco auricular.
Esta contracción produce un aumento de la presión en la cavidad cardiaca
auricular, con la consiguiente eyección del volumen sanguíneo contenido en ella.
Diástole
La diástole es el período en el que el corazón se relaja después de una contracción,
llamado período de sístole, en preparación para el llenado con sangre circulatoria. En la
diástole ventricular los ventrículos se relajan, y en la diástole auricular las aurículas están
relajadas.
Juntas se las conoce como la diástole cardíaca y constituyen, aproximadamente, la
mitad de la duración del ciclo cardíaco, es decir, unos 0,5 segundos.
Durante la diástole las aurículas se llenan de sangre por el retorno venoso desde
los tejidos por la vía de la vena cava superior e inferior y se produce un aumento
progresivo de la presión intra-auricular hasta superar la presión intra-ventricular.
Durante la diástole ventricular, la presión de los ventrículos cae por debajo del
inicio al que llegó durante la sístole.
Cuando la presión en el ventrículo izquierdo cae por debajo de la presión de la
aurícula izquierda, la válvula mitral se abre, y el ventrículo izquierdo se llena con sangre
que se había estado acumulando en la aurícula izquierda.
Un 70% del llenado de los ventrículos ocurre sin necesidad de sístole auricular.
Igualmente, cuando la presión del ventrículo derecho cae por debajo del de la aurícula
derecha, la válvula tricúspide se abre, y el ventrículo derecho se llena de la sangre que se
acumulaba en la aurícula derecha.
Pulso
En medicina, el pulso de una persona es la pulsación provocada por la expansión
de sus arterias como consecuencia de la circulación de sangre bombeada por el corazón.
Se obtiene por lo general en partes del cuerpo donde las arterias se encuentran más
próximas a la piel, como en las muñecas o el cuello e incluso en la sien.
Medición Del Pulso
El pulso se mide manualmente con los dedos índice y medio; el pulso no se debe
tomar con el dedo pulgar, ya que éste tiene pulso propio que puede interferir con la
detección del pulso del paciente. Cuando se palpa la arteria carótida, la femoral o la
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braquial se tiene que ser muy cuidadoso, ya que no hay una superficie sólida como tal para
poder detectarlo. La técnica consiste en situar los dedos cerca de una arteria y presionar
suavemente contra una estructura interna firme, normalmente un hueso, para poder sentir
el pulso.
Puntos De Pulso Comunes
Pulso radial, situado en la cara anterior y lateral de las muñecas, entre el
tendón del músculo flexor radial del carpo y la apófisis estiloide del radio. (arteria radial).
Pulso ulnar, en el lado de la muñeca más cercano al meñique (arteria ulnar).
Pulso carotídeo, en el cuello (arteria carótida). La carótida debe palparse
suavemente, ya que estimula sus baroreceptores con una palpación vigorosa puede
provocar bradicardia severa o incluso detener el corazón en algunas personas sensibles.
Además, las dos arterias carótidas de una persona no deben palparse
simultáneamente, para evitar el riesgo de síncope o isquemia cerebral.
Pulso braquial, entre el bíceps y el tríceps, en el lado medial de la cavidad
del codo, usado frecuentemente en lugar del pulso carotídeo en infantes (arteria braquial).
Pulso femoral, en el muslo (arteria femoral).
Pulso poplíteo, bajo la rodilla en la fosa poplítea.
Pulso dorsal del pie o pedio, en el empeine del pie (arteria dorsal del pie).
Pulso tibial posterior, detrás del tobillo bajo el maléolo medial (arteria tibial
posterior).
Pulso temporal, situado sobre la sien directamente frente a la oreja.
Pulso facial, situado en el borde inferior de la porción ascendente del
maxilar inferior o mandíbula. (Arteria facial).
La facilidad para palpar el pulso viene determinada por la presión sanguínea del
paciente. Si su presión sistólica está por debajo de 90 mmhg el pulso radial no será
palpable. Por debajo de 80 mmhg no lo será el braquial.
Por debajo de 60 mmhg el pulso carótido no será palpable. Dado que la presión
sistólica raramente cae tan bajo, la falta de pulso carótido suele indicar la muerte. Sin
embargo, se conoce de casos de pacientes con ciertas heridas, enfermedades u otros
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problemas médicos que estaban conscientes y carecían de pulso palpable. (“Mecánica
circulatoria. Sístole, diástole y pulso,” 2015)
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